ABRO MI MENTE Y MI CORAZÓN A NUEVAS PERSPECTIVAS.
Los sueños proceden de la parte más íntima de mi ser. Ellos me ofrecen mensajes de inspiración y ánimo, e influencian mi futuro. Fomento mis sueños al aceptar posibilidades infinitas. La sabiduría de Dios me guía a explorar el mundo en mí y a mi alrededor. Mis esperanzas y expectativas se elevan al abrir mi corazón y mi mente a nuevas perspectivas.
Bien sea que mis sueños vengan como mensajes sutiles o conscientemente según visualizo mi potencial, ellos reflejan mi unidad con Dios. A medida de que cada sueño se convierte en realidad, doy gracias y miro hacia adelante a las nuevas aventuras, a los nuevos sueños y a las nuevas posibilidades.